La adicción al juego, o ludopatía, es un trastorno que impide a quien la padece reprimir su deseo de apostar y/o jugar, aun sabiendo las consecuencias negativas de su conducta.
Además de los problemas económicos que puede acarrear, la ludopatía provoca irritabilidad, agresividad y descontrol emocional, desencadenando el comportamiento del ludópata graves daños en las relaciones personales y familiares.
Como en otras adicciones, contar con la información que un detective privado puede aportar es una herramienta de suma importancia para detectar la enfermedad a tiempo y comenzar a tratar el problema.
Mediante seguimientos diarios, el detective puede obtener pruebas suficientes de que la persona está padeciendo la enfermedad, o descartar las sospechas en caso de que así sea.