Dos empleados de una compañía de autobuses interurbanos han sido condenados por sustraer combustible a la empresa para revenderlo después.
El Tribunal da por probado que ambos se apropiaron de 8.380 litros de gasoil en las instalaciones que la empresa. Sin embargo, ha desestimado el recurso interpuesto por la compañía, que alegaba que los hechos son constitutivos de un delito de robo con fuerza, y no de hurto.
La empresa comenzó a detectar la falta de carburante en los depósitos de sus instalaciones en septiembre de 2011 y, ante la sospecha de que los autores debían ser operarios, contrataron los servicios de una agencia de detectives.
Los investigadores privados observaron cómo uno de ellos -que trabajaba en turno fijo de noche- acudió a su lugar de trabajo con un furgón de alquiler y que, tras abandonar el polígono industrial, el vehículo circulaba con "síntomas evidentes de ir cargado".
La operación se repitió otras tres veces, en una de ellas con ayuda de personas a las que no ha sido posible identificar. En la segunda ocasión, el furgón fue interceptado por la Guardia Civil, que intervino el combustible sustraído y la bomba que utilizaban para hacerlo.
El procedimiento que seguían consistía en estacionar el furgón en la parte trasera de las instalaciones. "Sin utilizar fuerza alguna", uno de ellos accedía al recinto e introducía en los depósitos una manguera. Valiéndose de una bomba eléctrica, traspasaba el gasoil a bidones colocados en el interior del vehículo, donde era auxiliado por el otro individuo.
Para asegurarse de no ser descubiertos, manipulaban las cámaras de seguridad y desconectaban de la red eléctrica el sistema de grabación. La bomba era conectada a uno de los focos exteriores de las instalaciones, al que habían dotado de toma permanente de corriente.
Del inventario de combustible realizado por la empresa, ésta concluyó que habían sido sustraídos unos 37.000 litros de gasoil, valorados en 27.384 euros, pero el análisis de la capacidad del bidón en el que transportaban el combustible y los volúmenes de carburante intervenidos llevó a establecer que uno de los acusados sustrajo 1.690 litros el 3 de noviembre y la misma cantidad el 7 del mismo mes, en tanto que el 19 ambos se hicieron con 3.000 y el 20 con 2.000. Esto suma un total de 8.380 litros.
Según el fallo judicial, no se ha acreditado que los acusados "tuvieran más participación en el resto de sustracciones que pudieron tener lugar durante los meses de septiembre, octubre y noviembre", con excepción de los cuatro días reseñados.
Fuente: EL DÍA.es