Hoy en día, existen numerosas agencias de detectives privados. La forma más común para encontrarlas es a través de Internet, mediante una búsqueda en Google, que nos brinda además la posibilidad de poder leer experiencias de otros usuarios en su página de Google Maps, a través de las reseñas publicadas.
La forma de contratar a un investigador privado es bastante simple. Basta con contactar a través de su página web, por teléfono o correo electrónico, exponiendo el caso concreto. En un periodo breve, se nos pasará un presupuesto y el plan de actuación previsto.
Una vez aceptado el presupuesto, el detective privado llevará a cabo la investigación, manteniéndonos informados en todo momento. Finalizadas las pesquisas, el detective elaborará un informe confidencial y personalizado, integrando todo tipo de pruebas obtenidas, que podrá ratificar judicialmente, como testigo cualificado, en caso de ser necesario posteriormente.