Un antiguo miembro de la Orden y Mandato San Miguel Arcángel destapó las presuntas irregularidades cometidas por su líder, Miguel Rosendo.
Se trata de un vecino de Vigo que, al tener conocimiento de las presuntas irregularidades que se estarían cometiendo dentro de «las murallas de Jerusalén», como llamaban los miembros de la entidad a la casa en la que vivía su líder, encargó una exhaustiva investigación a una agencia de detectives privados sobre las actividades del grupo. El informe, que concluye que la asociación guarda paralelismos con una secta, fue entregado al Obispado.
Según la investigación realizada, Miguel Rosendo imponía un estricto régimen de visitas a los familiares de los miembros de la asociación. Las comunicaciones telefónicas estaban restringidas y controladas por otros miembros de la comunidad, estando siempre presente durante las conversaciones una persona ajena al núcleo familiar, de manera que nunca había una entera privacidad.
Las visitas personales, también estaban muy limitadas, siempre eran en presencia de una tercera persona. Las informaciones obtenidas por los detectives señalan que cada cuatro meses se tenía derecho a una comunicación directa por espacio de una hora y a través de un locutorio. A otros familiares solo se les permitían visitas una vez cada seis meses y normalmente eran encuentros concertados previamente, tras realizar una solicitud de locutorio a la asociación. La fecha y la hora las elegía la orden según su conveniencia.
A lo largo de las consultas realizadas, son numerosos y coincidentes los testimonios directos de familiares que relatan la presencia, durante las visitas personales en el locutorio, de un miembro de la organización, como también lo ratificaron algunos de los propios religiosos.
Después de perder la confianza del Obispado de la diócesis de Tui-Vigo, Miguel Rosendo se marchó con algunos de sus seguidores a la sierra madrileña, donde las comunicaciones interfamiliares están sujetas a las mismas restricciones temporales y de control por terceras personas. Bajo el nombre de Fundación San Miguel de las Almas Serviam, prestan servicios en diversas localidades.
En el informe elaborado a petición de las familias se recoge un extenso inventario del importante patrimonio atribuido a Miguel Rosendo y su mujer, así como un listado de empresas y personas físicas que aportan dinero a la Orden. Además recoge las prácticas de captación presuntamente empleadas por los 'miguelianos' y testimonios que explican supuestas humillaciones e incluso posibles abusos sexuales.
Ahora, el Juzgado de Instrucción número 1 de Tui ha asumido el caso para dirimir si hubiera responsabilidades de tipo penal en la actuación del líder de la asociación Orden y Mandato San Miguel Arcángel.
Fuente: La Voz de Galicia