Las denuncias falsas que en estos últimos años han proliferado con el único objetivo de estafar alguna suma de dinero a las compañías aseguradoras centran el acto del robo en diferentes objetos, a cuál más diverso dependiendo de la picaresca y el gracejo de los denunciantes.
Los empleados de las aseguradoras han visto de todo y su capacidad de sorpresa es cada vez más limitada. Hay casos en los que se coge rápidamente al defraudador, pero en otros es necesario contratar a detectives privados para comprobar si es cierto lo que se reclama: un falso ciego al que pillaron conduciendo un coche; una persona supuestamente parapléjica y con síndrome depresivo que les pedía una elevada indemnización pero que conducía, recogía a su novia, se la llevaba a la discoteca, bebía y bailaba...
Especialmente llamativo resulta el caso de un camionero murciano, pero residente en Francia, que fingió su muerte con varias compañías y cobró de todas. Sin embargo, no contento con eso, con algunas de ellas en lugar de fallecimiento simuló un accidente de camión en Francia, que supuestamente le había dejado tetrapléjico. Hasta presentó informes de Hospital Americano de París y un atestado de tráfico, supuestamente redactado por la Gendarmería con todas las señas y acreditaciones posibles.
Todos los de intentos de fraude son curiosos y, aunque a priori muchos de ellos puedan parecer iguales, en el fondo todos son distintos.
Fuente: malagahoy.es