La labor de un detective privado es probar
hechos, obtener pruebas que confirmen aquello que el cliente cree saber,
pero necesita conocer con certeza y demostrar.
Actualmente es muy difícil controlar los fraudes
y desenmascarar a las personas que hay tras ellos, ya que el perfil del
defraudador ha cambiado mucho en los últimos años: cada vez es más listo,
consciente de lo que puede o no hacer, y cuidadoso. Además, tanto
directivos como empleados defraudan en sus empresas, por lo que no puede
hacerse una diferenciación entre estamentos.
Durante la campaña veraniega aumenta el fraude
laboral en la hostelería, pero la tendencia hoy en día empieza a ser la
contratación de detectives por parte de los trabajadores, con el fin de probar
los abusos a los que les someten sus empresas. El detective privado, como
en otros tipos de fraudes, es una pieza fundamental a la hora de
corroborar el fraude laboral.
Fuente: salamanca24horas.com