Una
de las metodologías empleadas para descubrir a los responsables de hurtos en empresas es la infiltración de uno o varios detectives para que se hagan pasar
por trabajadores de la compañía.
Los investigadores infiltrados han de pasar por un proceso de selección igual al resto de los empleados, evitando así las sospechas del personal. Tienen un contrato laboral, nómina y realizan las funciones propias de su puesto de trabajo.
Aprovechando su posición, los detectives intentan ganarse la confianza del resto de los trabajadores para recabar toda la información posible sobre los hechos que se están investigando.
Dado que es necesario propiciar un ambiente de confianza entre los detectives privados y el resto de personal de la empresa, estas investigaciones se suelen prolongar en el tiempo, a veces incluso varios meses.
En algunas ocasiones, de forma paralela a la infiltración y a medida que se va obteniendo información, es preciso llevar a cabo otro tipo de acciones, como el seguimiento de sospechosos de estar implicados en los hurtos.