Los detectives privados se hicieron pasar por trabajadores del almacén de la distribuidora de fármacos para vigilar a los sospechosos y obtener pruebas de los hurtos.
Siete meses de investigaciones policiales y la colaboración de detectives privados, que se infiltraron en la distribuidora de medicamentos, hicieron posible la identificación de todos los miembros de la red delictiva que sustrajo un millón de euros en productos farmacéuticos en un almacén de Aldaia. La operación se saldó con una veintena de detenidos, entre los que hay ocho empleados de la empresa, seis repartidores, un farmacéutico y un ex-trabajador, considerado este último como uno de los cabecillas de la trama.
La investigación de la
Policía Nacional se realizó a petición de la empresa
afectada, tras formalizar la denuncia, y las grabaciones con
cámaras de vídeo y micrófonos ocultos fueron autorizadas por el juez, según informaron fuentes de la investigación.
La policía colocó cámaras y micrófonos ocultos en el almacén y la zona de taquillas para identificar a los empleados que sustraían cremas, pañales, dentífricos, geles, leches infantiles y antigripales, entre otros artículos y fármacos, que no necesitan recetas.
Un grupo de policías de paisano y dos detectives infiltrados vigilaron a los trabajadores, tanto en los dos turnos de día como en el de la noche, hasta que descubrieron cómo burlaban las medidas de seguridad del almacén.
La Policía Nacional realizó nueve registros en los domicilios de los arrestados, donde recuperaron 15.000 de los 100.000 artículos hurtados, y descubrió que los cabecillas de la trama pagaban unos 600 euros al mes a varias empleadas para que sacaran productos del almacén y los dejaran en un punto determinado. Allí, otra mujer introducía en cajas el material hurtado, y su novio, habitualmente desde la recepción, distribuía los artículos a los compradores y la farmacia. Del reparto de la mercancía se encargaban la hermana y el padre de la primera mujer con dos furgonetas. Todo ellos fueron detenidos.
La mayor parte de los productos farmacéuticos que hurtaba el grupo de trabajadores eran distribuidos con la colaboración de una farmacia, cuyo dueño se encuentra entre los detenidos.
Fuente: LAS PROVINCIAS