Los detectives privados han constatado en España un aumento de las familias que,
en el marco de la grave crisis económica, se arriesgan a fingir su separación conyugal para evitar a los cobradores de deudas. Falsas separaciones en las
que el matrimonio se separa legalmente para poder poner los bienes a
nombre de uno de ellos, porque el otro tiene deudas.
En estos
casos, los dos miembros de la pareja siguen viviendo juntos y hacen la
misma vida en común que llevaban antes, por lo que la función del
detective consiste en obtener pruebas de que la separación es un método
para ocultar bienes. El profesional debe
acreditar que el matrimonio sigue haciendo una vida normal con sus
hijos, actividades familiares juntos saliendo juntos de casa o del
colegio de los críos.
Asimismo, se han
incrementado las investigaciones por ocultación de bienes, donde el deudor se declara insolvente y utiliza testaferros para esconder su
capital.
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