La proliferación de talleres ilegales de reparación de vehículos en la provincia de Málaga se ha duplicado en los últimos años pese a los esfuerzos del sector por combatir esta forma de economía sumergida. Solo en 2013 se han detectado un total de 25 establecimientos clandestinos, resultado de un centenar de inspecciones llevadas a cabo por la Policía Autonómica, que se ocupa de comprobar la vigencia de los permisos y licencias para el ejercicio de la actividad en estos establecimientos y de verificar si hay un adecuado tratamiento de los residuos tóxicos que se generan en los talleres, como aceites y otros líquidos que pueden suponer un riesgo para el medio ambiente y la seguridad de las personas.
La situación económica tiene que mucho que ver con el incremento de talleres ilegales. Muchos talleres legales han tenido que cerrar por falta de trabajo, llegándose incluso a una situación límite en la que hay más establecimientos ilegales que legales. Esto ha llevado a la Federación de Empresarios del Metal (Fedeme) a firmar un convenio con una agencia de detectives para conocer con detalle el número de talleres clandestinos.
La existencia de este tipo de negocios clandestinos, además de un fraude, puede suponer un riesgo para la propia seguridad vial de los clientes, ya que los talleres ilegales no ofrecen garantía en sus reparaciones, ni seguros de responsabilidad civil para cubrir cualquier posible deterioro en el vehículo, e incluso en algunos casos trabajan con materiales no homologados.