Como todos los años, con la llegada de la Navidad, surgen las "temidas" cenas navideñas. Celebraciones de empresa o comidas y cenas con los amigos hacen que los despachos de detectives se colapsen en estas fechas con solicitudes para demostrar posibles infidelidades.
La desconfianza acumulada durante el año hace saltar todas las alarmas entre aquellos que llevan tiempo sospechando de
una infidelidad por parte de su pareja. En ocasiones sin fundamento, pero la mayoría de las veces es sólo la gota que colma el vaso.
La excusa para pasar un día con los compañeros de trabajo y trasnochar más de lo habitual, el miedo a que el exceso de alcohol convierta una amistad en algo más o la sospecha de que ese compañero de trabajo con el que pasa horas charlando en Whatsapp es más que un amigo, provocan todo tipo de suspicacias que hacen que cualquier gesto o comentario en torno al evento sea interpretado con un trasfondo de infidelidad.
Pero, ¿realmente es así? ¿Son fundadas esas sospechas?
En el caso de las cenas de empresa en época navideña, muchas encuestas confirman que son escenarios propicios para una infidelidad. En estos ámbitos festivos, coincidir con personas a las que se ve cada día, pero en un contexto diferente, unido a un probable exceso de copas, provoca que algunas personas se desinhiban
y liberen por fin deseos que en el trabajo tratan de ocultar.