Normalmente, cuando una persona da el paso de acudir a una agencia de detectives privados, ya tiene firmes sospechas de la infidelidad de su pareja.
Existen muchas señales que llevan a pensar que algo está pasando en ese sentido, tales como:
· Presta más atención a su aspecto físico que de costumbre.
·
Se muestra distante.
·
Necesita más que nunca tener su espacio.
·
La relación se ha vuelto monótona y rutinaria.
·
Lleva su teléfono móvil a todas partes.
·
Planifica viajes sin su pareja.
Para demostrar una infidelidad, es imprescindible elegir el momento más adecuado: un viaje de trabajo, una reunión de amigos, un fin de semana en el que la persona presuntamente infiel se queda sola en la ciudad....
La labor del investigador privado consistirá en realizar un seguimiento exhaustivo de esa persona, controlando
todos sus movimientos y prestando especial atención a cualquier
encuentro que se produzca.
El detective observará su
actitud y comportamiento, obteniendo las pruebas gráficas necesarias en
caso de que se produzca la infidelidad.