El modelo turístico español está cambiando. Tras años de crisis, hoy por hoy los hoteles llenan sus habitaciones y logran buenos niveles de ocupación pero, pese a los indicadores positivos, no alcanzan la cifra que correspondería a juzgar por la afluencia turística actual.
Los hoteleros achacan esta diferencia de índices a la competencia desleal de los apartamentos turísticos ilegales y el alquiler o préstamo de las segundas residencias. Denuncian que la oferta ilegal de alojamientos, a veces a través de portales especializados en Internet que se dedican al alquiler de apartamentos privados entre particulares, no tiene licencia ni paga impuestos y está perjudicando al sistema hotelero tradicional. Por eso, consideran necesario regular y evitar la competencia desleal de los apartamentos "piratas", aumentando las inspecciones y endureciendo las sanciones a los apartamentos irregulares para hacer frente a este problema creciente.
Una solución eficaz para atajar la cuestión es la contratación de detectives privados que acrediten el alquiler ilegal de apartamentos como alojamiento turístico, obteniendo pruebas que demuestren, no sólo la entrada y salida de turistas de los inmuebles, las molestias ocasionadas a los vecinos y la inseguridad que viven en algunos casos, sino de cómo el personal de limpieza acude cuando se van los turistas para ordenar la vivienda, limpiar y cambiar las sábanas, como si de un hotel se tratara.
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