El intrusismo en el mundo veterinario es un hecho, desde hace ya bastantes años, que pone en riesgo tanto la salud del animal como la de las personas, ya que muchas veces se tratan enfermedades transmisibles del animal al humano que está en contacto con él.
Existe una gran cantidad de irregularidades en el sector. La más común, la aplicación de vacunas. Siempre que se administra un medicamento a una mascota, es necesario valorar previamente el estado inmunitario del animal, ya que pueden sufrir reacciones adversas que puedan provocar incluso la muerte si se realiza por personas sin el suficiente conocimiento y no se dispone de las instalaciones necesarias.
A pesar de las dificultades de las investigaciones, ya que no es fácil demostrar que alguien ha administrado un tratamiento a posteriori, los veterinarios contratan detectives privados para obtener pruebas que verifiquen dicho intrusismo, castigado por el artículo 403 del Código Penal.
Los casos más fáciles de demostrar son los de las falsificaciones de firmas cuando algún propietario de una clínica, que no tiene la titulación requerida, aplica un tratamiento y falsifica la firma de un subordinado que sí es veterinario y está colegiado.
Fuente: malagahoy.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario