Parece sacado de una película, pero contratar a un detective privado es algo bastante común en nuestros días.
• Investigación de infidelidades.
• Seguimiento y localización de personas y familiares.
• Investigación de hurtos, robos y fraudes.
• Investigación bajas laborales fingidas.
• Esclarecimiento de herencias mediante búsquedas de herederos y/o de bienes.
• Investigación de estafas laborales.
• Verificación de conductas dudosas de empleados o familiares (consumos excesivos de alcohol y drogas, ludopatías, malas compañías, sectas...)
• Investigación de hechos relacionados con la modificación de medidas de divorcios y separaciones (custodia de hijos, régimen de visitas, pensiones alimenticias y compensatorias...)
• Obtención de pruebas en torno a alzamiento de bienes e insolvencia fingida.
• Aportación de evidencias en casos de competencia desleal a nivel empresarial.
• Investigación de arrendamientos urbanos, contratos de exclusividad e incumplimientos contractuales.
En general, casi cualquier actividad que desee ser investigada. Siempre que sea legal, puede requerir de la contratación de un detective privado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario