Los detectives privados han constatado un aumento de las familias que investigan a
la nueva pareja de uno de sus miembros porque temen que peligre el
patrimonio familiar, así como un incremento de los casos de
ocultación de bienes debido a que cada
vez hay más gente que no puede cobrar el dinero que le deben porque el
deudor se declara insolvente y utiliza testaferros para esconder su
capital.
Sin embargo, se han reducido los servicios financieros de
primer nivel: personas que contratan a un detective para saber si
cierta persona existe, dónde vive y con quien se relaciona, antes de
establecer una relación comercial.
Fuente: farodevigo.es
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