En numerosas ocasiones, llegan hasta las agencias de detectives casos en los que es preciso demostrar que un empleado se reúne con clientes de la empresa para la que trabaja por cuenta ajena con el fin de desviarlos a su negocio.
Normalmente, este tipo de circunstancias se dan cuando el trabajador se encuentra descontento en la empresa y comienza a crear un negocio por cuenta propia similar, a costa de la fama que precede a aquella en la que aún trabaja, desviando a la clientela, aunque no siempre es así. A veces, simplemente se limita a trabajar en ambas compañías, en paralelo, aprovechando siempre que puede la ocasión para lucrarse valiéndose de la oportunidad que trabajar para la primera le brinda.
En estos casos, el papel del detective privado consiste en obtener pruebas suficientes de reuniones o visitas a clientes que el empleado en ningún momento declara tener, o demostrar que sigue en contacto con aquellos que dejaron de ser clientes repentinamente, así como verificar que su negocio es idéntico al de la empresa para la que trabaja.