La adicción al juego, o ludopatía, es un trastorno que afecta a la vida diaria del ludópata de manera que familia, alimentación o trabajo pasan a un segundo plano, llegando a no rendir a nivel laboral y entrando en una espiral de deudas y mentiras.
Mientras el ludópata intenta ocultar su adicción, familiares y amigos tratan de buscar indicios en el día a día que les confirmen sus sospechas, aunque en algunos casos son los allegados los que deciden mirar para otro lado, sin afrontar la situación, evitando dar al problema la importancia que merece.
Incluso en casos ya diagnosticados y en tratamiento, es posible que surjan momentos de recaída que el enfermo, avergonzado, no consiga admitir ni confesar.
Como en otros casos de adicciones, la intervención de un detective privado es clave para conocer de forma precisa e inmediata el alcance de la adicción, o si se trata de sospechas infundadas.
Tanto en el ámbito familiar como laboral, las pruebas del detective ayudan a afrontar el problema, pudiéndose plantear a tiempo posibles soluciones desde el pleno conocimiento de la situación.