La atención al público es un elemento fundamental en cualquier negocio. Por eso, resulta imprescindible para el empresario saber si uno de sus empleados trata mal a los clientes. Además, existe jurisprudencia que avala el despido disciplinario del trabajador en cuestión en este tipo de casos, como sucedió en una sentencia de julio de 2013 del Tribunal Superior de Justicia de Aragón.
La empleada, peluquera, manchó con tinte la camisa de una mujer por no cubrirla convenientemente y, no sólo no se disculpó, sino que le echó la culpa a ella. Asimismo, el empresario recibió una queja por haber atendido de malas formas a otra señora y a su hijo pequeño «al que estuvo increpando todo el tiempo, tratándole con desprecio».
Teniendo en cuenta estos y otros hechos de índole parecida, el tribunal avaló el despido disciplinario de la peluquera, por haber generado el malestar de diversos clientes.
Estas malas prácticas por parte de los empleados y posibles fraudes pueden ser detectados mediante la contratación de detectives privados que actúen como clientes misteriosos.
Los servicios de Mystery Shopper - o Cliente Misterioso - prestados por detectives privados están dirigidos a recopilar información sobre:
- Atención dispensada por el personal del establecimiento.
- Apariencia exterior e interior del local.
- Control de campañas o promociones vigentes.
- Verificación del tipo de servicios o productos ofertados.
- Rapidez del servicio.
- Otros aspectos de su interés.
Para lograr sus objetivos, nuestros detectives acceden al establecimiento en cuestión como un cliente más y, sin despertar sospechas, realizan un análisis exhaustivo de todos aquellos aspectos antes mencionados. Una vez finalizado, los resultados son plasmados en un informe detallado, que podrá ser ratificado posteriormente en sede judicial si así se requiriese.
Solicitar este tipo de servicios a detectives privados, por tanto, aporta una serie de valores añadidos, tales como su objetividad, información relevante complementaria y la utilización de cámara oculta, que permite comprobar al empresario por sí mismo cómo se encuentra el establecimiento y ver cómo es atendido el detective. Además, en caso de ser necesaria la ratificación judicial posterior del informe, sólo un detective privado podría hacerla.
