Cada vez son más frecuentes los llamados divorcios por conveniencia. Con ellos es posible eludir las deudas y evitar los embargos: un profesional, empresario autónomo, se divorcia y sustituye la pensión compensatoria a su excónyuge por la cesión de sus bienes y así, él se convierte en insolvente.
Un caso común puede ser el de un empresario divorciado que acumula deudas y se ha declarado insolvente. Uno 
de sus acreedores contrata a un detective privado, que le sigue durante 
dos semanas hasta confirmar que el divorcio era un montaje. Siguen 
juntos y llevan una perfecta relación de pareja. Sólo es una trampa para
 salvar su patrimonio y evitar el embargo.
Se trata de falsos divorcios en los que 
se recurre a todo tipo de trampas legales. El moroso argumenta que no 
tiene dinero para pagar una pensión compensatoria mensual. A cambio cede
 sus propiedades al otro cónyuge. Al librarse del patrimonio intenta 
librarse también de las deudas.
Este fraude es más frecuente en los 
casados en régimen de separación de bienes. El problema es que 
estos impostores del divorcio podrían incurrir en un delito de 
alzamiento de bienes, castigado con penas de uno a cuatro años de 
cárcel.
Fuente: www.antena3.com

 
